¿Qué es un contrato freelance?
El término freelance hace referencia a una persona que trabaja en esta modalidad, la cual es una forma de trabajo independiente que pueden realizar quienes no desean trabajar para un tercero. Sin embargo, muchas veces para que ambas partes (el trabajador freelance y quien requiere sus servicios), puedan tener una relación laboral exitosa se recurre al contrato freelance.
¿Para qué le sirve un contrato a un trabajador freelance?
Una persona que trabaja en modalidad freelance suele ser autónoma en todos los sentidos, sin embargo, al desempeñar un trabajo debe tener el compromiso de cumplirlo y por ende recibir su pago por parte de quien ha recibido dichos servicios.
A pesar de que esta es la situación ideal, en la realidad esto no siempre sucede así, en ocasiones el freelance no cumple con sus compromisos y en otras es quien recibe los beneficios del producto o servicio quien no cumple con su responsabilidad de pagar por el trabajo solicitado.
En tal sentido, al ser un trabajador autónomo, el freelance no suele contar con la protección de la ley que vela por el cumplimiento de las condiciones establecidas en los contratos de empleo tradicionales, aquellos que procuran proteger tanto al trabajador como a la empresa.
El contrato entre un freelance y una empresa es una herramienta que permite formalizar una relación laboral, donde el freelance sigue siendo autónomo e independiente pero se compromete a cumplir con lo acordado y por su parte la empresa adquiere el mismo compromiso.
Aunque mayormente estos contratos son elaborados por la empresa que establece la relación con el freelance para velar por sus intereses, esto no significa que el freelance no se beneficie de dicho contrato.
Esto quiere decir que para el freelance tener un contrato significa contar con un respaldo legal donde la empresa se compromete a cumplir con las condiciones acordadas, lo cual también permite al freelance velar por sus intereses.
¿Qué cláusulas debe contener un contrato freelance?
Estos contratos pueden ser muy variados, por lo general es la empresa quien lo emite y el freelance, después de evaluarlo, decide si accede a firmar o no. En los casos en que el contrato no es aceptado en primera instancia por el freelance, existen dos posibilidades.
La primera posibilidad es llegar a un acuerdo de modificación entre ambas partes y posteriormente firmar. La segunda opción es simplemente no adquirir el compromiso de la relación laboral y desechar el contrato.
En cualquiera de los casos, existen clausulas básicas y comunes con las que todo contrato freelance debe contar, estas son:
- Identificación de las partes involucradas, con sus respectivos nombres y datos fiscales pertinentes.
- Descripción detallada de la relación laboral entre las partes, donde se especifica el producto, servicio o tipo de trabajo que se desempeñará para cumplir con las condiciones establecidas.
- Costo o remuneración que se devengará del trabajo realizado por el freelance para la empresa. En este punto se deben especificar aspectos importantes como el costo parcial y total del encargo, el procedimiento que se aplicará en caso de que no se realice el trabajo o que este no cumpla con las condiciones establecidas previamente e incluso si la empresa se retrasa o no realiza el pago acordado.
- Período de realización del trabajo, es decir el tiempo determinado en que el freelance realizará el encargo acordado.
- Tiempo disponible para la realización del pago, en este punto se establece el plazo del cual dispone la empresa para pagar los costos establecidos en el contrato y la forma en que se realizará dicho pago.
- Confidencialidad del acuerdo, esto significa que ambas partes convienen que su relación laboral es estrictamente privada, sobre todo en los casos donde se quieren proteger los aspectos de funcionamiento de la empresa ante la competencia o el conocimiento público.
- Propiedad intelectual y derechos de uso, en el contrato deben quedar establecidos los parámetros que definan a quién pertenecerá el producto o servicio realizado por el freelance y por ende quién podrá hacer uso del mismo.
Este último punto hace referencia especialmente a los trabajos que conllevan un proceso creativo, como la elaboración de un logotipo para una empresa.
En estos casos, aunque el proceso creativo corre por cuenta del freelance, lo común es que la empresa tenga la propiedad y derecho de uso sobre dicho logotipo, una vez que haya cubierto los costos acordados en el contrato y que constituyen la remuneración del trabajo creativo del freelance.
Sin embargo, esto no siempre ocurre de esta manera, es por ello que en el contrato se debe establecer claramente a quién pertenecerán los derechos de autoría, explotación o ambos, dependiendo del caso particular del cual se trate.
Evidentemente cada contrato es único y puede contener cláusulas adicionales, por lo cual queda de parte del freelance y la empresa establecer un contrato freelance que pueda velar por los intereses y beneficios de ambas partes, durante una relación laboral.
Deja una respuesta
Artículos Relacionados